Seis años de carrera agronómica en Madrid y un Proyecto final de la misma dan para mucho (¡qué pena que el Plan 74 se haya extinguido y ahora no sé en qué mejunje se han convertido estos estudios!). Asignaturas interesantes, materias horrorosas, compañeros que pasan, apuntes que se pierden, profesores inolvidables, profesores muy olvidables, partidas de mus, horas de biblioteca, horas de cafetería, amigos irrepetibles, etc. Pero es esta última opción la que me trae al tema de esta trama.
Sí, la dureza de los estudios crea compañeros de fatigas, compañeros de momentos vividos, compañeros de alegrías y compañeros de fracasos, de risas y de tristezas, pero sobre todo crea buenos amigos. Los mejores.
Lo bonito de todo ello es que no hemos perdido el contacto y nos solemos ver más o menos con cierta regularidad (menos de la que nos gustaría ya que no siempre es posible). Pero siempre repetimos un rito una vez al año. Hay costumbre por fechas navideñas de reunirnos unos amigos que nos conocimos en época estudiantil para realizar una comida que gira en torno a un elemento gastronómico: el chuletón.
Lo bonito de todo ello es que no hemos perdido el contacto y nos solemos ver más o menos con cierta regularidad (menos de la que nos gustaría ya que no siempre es posible). Pero siempre repetimos un rito una vez al año. Hay costumbre por fechas navideñas de reunirnos unos amigos que nos conocimos en época estudiantil para realizar una comida que gira en torno a un elemento gastronómico: el chuletón.
Sí, somos así de simples y de primarios pero nos gusta, nos sentimos plenos de felicidad ante un buen pedazo de carne en nuestro plato. Bueno, en otros sitios también pero no viene al caso. Para acompañarlo solemos elegir siempre de primero unos buenos platos de alubias o judías pintas de Tolosa. Ya ven, ligeritos de ropa. Suelen venir con su tocinito, su morcillita y la berza, previo aperitivo de chistorra con un poco de fino o manzanilla jerezana.Y unos pimientos rojos asados de quitar el sentido. Y de postre, milhojas de crema.
La Cava Baja madrileña suele acogernos con entusiasmo en ésta nuestra “chuletada” a la que ya somos asiduos. Y charlamos, y reímos, y bebemos algún vino, y lo más importante: somos grandes amigos.
Sin más, un agradecimiento y un abrazo a todos ellos. ¡Sois la leche, muy grandes!
Sin más, un agradecimiento y un abrazo a todos ellos. ¡Sois la leche, muy grandes!
El año se acaba y creo que habrá que hacer un buen resumen de lo sucedido en el aspecto del disfrute. Lo dejamos para la próxima entrega.
Un saludo
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The Show Must Go On (Queen)
4 comentarios:
Tu sí que eres grande. Gracias por tu comentario en este blog.
Esperemos que, pasados los años, el chuletón siga siendo un punto de encuentro cualesquiera sean las circunstancias.
Un abrazo.
Así lo espero. Y el domingo que bien estábamos después de lo acontecido :-). Con menos barriga que el astro brasileño.
Feliz 2008
Curioso, nosotros también solemos hacer un ritual parecido: juntarnos al menos en Navidades y ha de ser el tercer día del año nuevo (¿será por resucitar tras la bacanal que ha precedido?).
Nos juntamos los amigos que compartimos sangre, sudor, lágrimas, envidos, copas, disfraces,...
Tradición entrañable y alegre.
Iñaki, aún aullo por las noches recordando la crónica que hiciste de la reunión en La Cigaleña de Santander ;-))
En verdad que sois grandes amigos, y pozos de sabiduria. Fue un enorme placer compartir "mesa y mantel" con vosotros. Tarde escribo yo este comentario pero igualmente os deseo un feliz 2008 y unos felices Reyes.
Un abrazo muy fuerte.
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