Aprovechando que en las próximas semanas se celebran dos importantes ferias de vinos a nivel europeo me parece interesante realizar alguna reflexión al respecto. Me estoy refiriendo a Alimentaria y a Pro-Wein. La primera de ellas se celebra en Barcelona y es algo más que una dedicación única y exclusivamente al mundo del vino, ya que en Alimentaria se dan cita muchos exponentes de todo el sector alimentario. De carácter bianual pienso que es, posiblemente, la feria más representativa de las que se celebran en la Península (Fenavin me gustó bastante también). Y justo acabada esta feria empieza Pro-Wein en Düsseldorf, de celebración anual y dedicada solamente al sector vitivinícola a nivel mundial. La verdad es que la proximidad de fechas resulta, desde mi punto de vista, bastante perjudicial tanto para las empresas pequeñas españolas como para posibles clientes extranjeros que a lo mejor tienen que elegir entre acudir a una o a otra, y en este punto, si me pusiera en el papel de comprador de vinos y conociendo ambas, acudiría a la ciudad bañada por el Rhin ya que la oferta es mucho mayor.
Recuerdo el año pasado lo interesante que me pareció Pro-Wein. No sólo en vinos alemanes y austriacos que se presuponen con altas participaciones, si no con vinos franceses, italianos, griegos, suizos, eslovenos, húngaros, chilenos, portugueses, argentinos, australianos, neo-zelandeses, etc y con una también alta participación de bodegas españolas aunque fui muy crítico con la organización de estas últimas en una mezcla o mejunje difícil de comprender para en comprador extranjero. Esta participación tan variada no se ve, o al menos no la vi, en el pasado Alimentaria en donde la oferta española es abrumadora frente a la escasa presencia extranjera.
Pero la cuestión que me planteo es si desde el punto de vista de las bodegas es interesante o no acudir a estos grandes eventos. Conozco muy diversas opiniones de gente del sector a favor y en contra de participaciones en ferias de este tamaño, o de opiniones más favorables hacia ferias más locales y/o regionales, o de la no participación en estos encuentros.
Sabemos que el coste de participación suele ser alto, que la preparación de la misma puede ser larga ya que hay que contactar con bastante gente para conseguir que la feria salga provechosa, que los resultados lógicos no invitan a la inmediatez de óptimos rendimientos pero a pesar de todos esos puntos negativos considero que, aunque las bodegas no se deben dedicar a ser feriantes por el mundo, sí es interesante cierta planificación y presupuesto para acudir a algunos de estos eventos como escaparate para mostrar el trabajo desarrollado ya a sea en eventos mundiales, nacionales o más locales. Para algunos puede servir para captar clientes nuevos, para aquellos que ya tienen todo vendido siempre es bueno que clientes finales o clientes de sus distribuidores o importadores les vean y puedan hablar con la bodega y contrastar opiniones, o incluso es bueno acudir para ver qué hacen los demás e informarse, contrastar opiniones y aprender. Eso nunca está de más, al menos desde mi humilde opinión.
¿A ustedes qué les parece?
Un saludo
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The Show Must Go On (Queen)
5 comentarios:
Yo, la verdad, Iñaki, no tengo opinión fundamentada. Me gusta que las bodegas elijan, hagan sus análisis de oportunidad y de costes y no se corten un pelo yendo a las grandes ferias. Pero no sé después cómo rentabilizan o cuentan esa rentabilidad: supongo que por contratos que se empiecen a fraguar al hilo de una cata para un comprador nuevo. Sí sé, también, que para mis amigos bodegueros siempre es una oportunidad interesante de conocer quienes están detrás de vinos que les gustan y, no menos, de aprender y descubrir, ellos también, cosas nuevas.
Dicho lo cual, temo que las ferias muy grandes, como los pabellones de vino de Alimentaria, son una buena oportunidad para las casas grandes y una oportunidad difícil para las pequeñas. Juntar dos viajes se les hace, como comentas, imposible. Y entonces surgen estrategias a no despreciar: por ejemplo, que un vino de bodega pequeña esté presente por lo menos en alguna distribuidora importante que sí tenga están en una feria grande, y cosas así.
Saludos
Joan
Pues es algo triste también que cuando te metes en esto del vino, otra cosa que 'tienes' que ser es feriante. Así me he considerado a mí mismo muchas veces. Antes era un problema para mí, quieres pero no puedes ir a Alimentaria oa Pro-wein, no quieres pero tienes que ir a la feria de Mora(local). Creo que hay que vestirse con el traje que le cae bien a cada uno. Yo, afortunadamente, lo encontré en la Remise el 2006, fui como público, me lo pasé de coña con unos cuantos viticultores que ofreciían sis vinos, con un piscolabis a mediodía y con una cena común con distribuidores y restauradores. En lunes, que es día de fiesta para la hostelería. Estuve como expositor en La Remise 2007 y me lo volví a pasar de coña, y ahora voy a Banyuls, el día 10 de Marzo, mientras Alimentaria estará 'por aquí'. Uno aprende también, según el tamaño de bodega y espectativas que hay cosas que no están hechas para uno mismo. Quiero decir, que veo Alimentaria más como una feria para grandes bodegas, grupos y distribución,...por supuesto Cooperativas, se van los cuatro de la junta, el gerente y el enólogo un par o tres de días de vacaciones (no siempre, claro, pero muchas veces).
Ahora, he encontrado la horma de mi zapato, ya ni pienso en ir a esos sitios grandes, solamente se puede ir si tienes muchas botellas que vender a muy bajo precio o muy pocas pero muy caras. Me lo paso bien en esas ferias pequeñas, de vino, con gente con la que comparto ideas, tanto los compañeros de feria como los visitantes. Ojalá hayan más, es necesario. Quizás el futuro de los viticultores pasa por que hayan más ferias pequeñas, con más especialización, locales, pero no de las que sólo sirven para emborrachar a la gente de gratis.
Pero bueno, que tampoco está en mis manos cambiar eso, si sale, sale.
Salut.
Bueno Joan y Laureano, también lo veo un poco como vosotros en el sentido de la prioridad de ferias grandes para empresas de mayor tamaño. Coincido en que participaciones en eventos más locales pueden ser más interesantes, aunque tampoco esto es una fórmula exacta. Como consumidor me lo he pasado pipa en eventos grandes (Pro-Wein por ejemplo) y pequeños (recuerdo una feria solamente de rosados que fue un desastre desde el punto de vista productivo para las bodegas pero que pude disfrutar como aficionado).
Desde el lado laboral me encantan algunos pequeños eventos que se realizan en el exterior, de cosas muy concretas, en los que te sientes a gusto tratando con la gente, sin agobios...y encima con una menor partida presupuestaria. :-))
Gracias por vuestros comentarios. Montaremos una "feria" de amigos cualquier día de estos.
Un saludo
Lo de Laureano es algo serio, lo digo yo que ya le he visto en acción!!! En Naturala Vinis!!! Laureano necesita el pequeño formato, la proximidad con la gente, contar de tú a tú sus vinos y asombarse contigo de las maravillas de los demás. Sin duda tiene razón: ha encontrado su formato y su traje!!! Y le sienta muy bien!!!
Cada cual tiene que saber donde puede ir y qué le conviene más: creo, con Laureano, que el tipo de bodega, de vinos, de precios, de producción de su celler no son para Alimentaria, sino para formatos más adecuados.
Pronto saldrá, por cierto, un comentario de Naturala Vinis en el blog, por cierto.
Saludos
Joan
Gracias Joan, la verdad es que me lo pasé en grande. He visto por ahi que vas a escribir algo, gracias otra vez, y, por favor...sin cortarse. Necesitamos críticas, positivas y negativas, pero siempre constructivas...espero que leas esto...o mejor te lo escribiré en tu blog. Ahi seguro que se pilla.
Bueno, Iñaki, un nombre bonito para una feria 'de amigos'. Algo habrá que hacer...piensa que quermos conquistar Madrid!!!. poco a poco el tiempo nos irá llevando por ahí. De momento uno que se va a Banyuls y a Ca Scapin a Italia(buscadlo por Velier - es el distribuidor) pero esa promete también.
Salut.
Salut.
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