Ahí vienen (con su nuevo disco, y se puede escuchar el nuevo single):
http://www.elmundo.es/especiales/2008/08/cultura/acdc/
Les esperamos por aquí…
Del lo acometido últimamente, previamente al estallido mental que me supuso el Jean Macle 1986 aparecieron cosas como un muy decente Piron Quartz Chenas 2005 aunque con un punto de robustez temprana, un delicioso Dönnhoff Trocken 2005 que desde mi humilde opinión, lo que hace grande a este elaborador como a muchos otros no es su producción de determinadas joyas como puedan ser el Oberhäuser Brücke Eiswein o Auslese, el Niederhauser Hermannshöhle Auslese o el Schlossböckelheimer Felsenberg Spätlese por citar algunas, si no la regularidad y calidad obtenida también en sus elaboraciones de, en teoría, menor nivel.
Lo mismo me sucede con los Chambolle-Musigny village de Roumier (para mi de los mejores village que uno puede encontrar junto con los Mugnier, Dujac o Hudelot-Noellat) o los monovarietales de Trimbach alsacianos por citar a otros elaboradores de otras zonas en los que encuentro el mismo interés. No me servirían de nada si hicieran grandes vinos en sus cuvées más altas pero verdaderas castañas en sus gamas inferiores. Y a Dönnhoff lo incluyo dentro de ese grupo cuya gama completa de vinos adquiere gran nivel y regularidad.
Este básico Tröcken del 2005 así lo demuestra, valorándolo donde corresponde y al nivel que merece, con una nariz intensa, cítrica y a la vez con cierta golosidad, con matices de fruta blanca fresca, limpia, franca y pura. En boca entra sabroso, con buena acidez, persistencia y cierta untuosidad que en este caso se une a la grasa que acompaña a un rodaballo a la plancha formando un entramado delicioso. Puro disfrute sin ningún tipo de estridencias.
Este básico Tröcken del 2005 así lo demuestra, valorándolo donde corresponde y al nivel que merece, con una nariz intensa, cítrica y a la vez con cierta golosidad, con matices de fruta blanca fresca, limpia, franca y pura. En boca entra sabroso, con buena acidez, persistencia y cierta untuosidad que en este caso se une a la grasa que acompaña a un rodaballo a la plancha formando un entramado delicioso. Puro disfrute sin ningún tipo de estridencias.
Aprovechando la presencia de caracoles, cochinillos, corderos, cogotes de merluza que pululaban por la mesa otra propuesta semanal nos llevó hacia el Viña Cubillo Crianza 2002 de López de Heredia. Un vino gustosamente disfrutado y del que todavía creo que se podrá seguir haciéndolo. Digo esto de cara a las importantes subidas de precio que me comentan que se observan en la tienda que posee dicha bodega. Entramos entonces en temas espinosos…pero ahí no me verán. En la tienda digo.
Por dar un giro hacia el este, Grecia y su sirtaki siempre fueron atractivos. Al menos, a mi me gusta ese tipo de danza. Para ello, un Manousakis Nostos 1997, que no se comportó mal con su mezcla de Syrah, Grenache, Mourvedre y Roussanne..
Llegó el estallido Macle. No sé, una pasada de vino. No sé muy bien qué decir…
Le acompañaron un delicioso Grand Vin de Léoville du Marquis de Las Cases 1970 y un Madeira Henriques & Henriques Verdhelo 1934 que hizo sobremesa agradable.
Bueno, creo que habrá que celebrar el regreso de esta banda de los hermanos Young. Con algún vino…
Un saludo
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The Show Must Go On (Queen)